lunes

SAN CHE REBELDE DE GUEVARA



1928 - 1967



El héroe es un cualquiera de estirpe desconocida quien reacciona a las circunstancias automáticamente, con visión al futuro y guiado, íntimamente, por sus instintos y su condicionamiento previo. Ejemplos: El niño de cinco años que desconecta el árbol navideño al empezar a chisporrotear. La nena de seis años que llama los servicios de emergencia cuando vio a la abuela sentada en el suelo respirando con dificultad. Y personalmente cuando nos hacemos a un lado porque un mueble se nos viene encima. El gol, que tiene el gol de especial, una pelota que pasa entre dos palos, nada podría ser más efímero, pero para el que lo logra es un GOL que lo convierte en héroe. Todo eso es heroísmo, pequeño talvez, sin embargo heroísmo aunque pase desapercibido ante sí mismos y ante los demás. También está el héroe de los grandes, ilustre por sus hazañas y virtudes e ideas. Pero el héroe sin ser especial, se convierte en el paradigma de lo que el ser humano es capaz al dedicarse totalmente a una causa. Jonás Salk nos dejo con esta perlita, “Me gustan los riesgos porque siempre tienen dividendos, se aprende lo que hay que hacer o lo que no hay que hacer”. Después de ocho años de esfuerzo y fracasos, también, el doctor Salk le dio al mundo la vacuna contra la poliomielitis, que antes de los años cincuenta tenía al público aterrorizado mundialmente. El doctor Salk rehusó patentar esa vacuna, y en 1995 cuando murió, activamente trabajaba en el proyecto de la vacuna contra el SIDA. ¡Héroe…!

El héroe nos muestra y nos ilumina el sendero de lo posible en el reino de las ideas, y nos hurga a superar nuestras propias ‘limitaciones condicionadas’ para alcanzar el éxito. Alrededor de los héroes grandes, se desarrolla el mito del súper hombre, y el público los infla. Los mitos crecen y proyectan sombras muy largas que dan miedo y cobran vida propia. Pero es la idea la base del mito, y eso es lo indestructible, lo imperecedero. Los operadores centrales de organizaciones comerciantes del credo conocen perfectamente el poder del mito psicológicamente y lo empacan muy bien con dogma e imágenes. La publicidad comercial no nació por si sola fue copiada para que el público sea devoto de Volkswagen, FIFA y Coca-Cola. Todo es lo mismo, una idea, un mito y una imagen. Pero la idea no tiene que ser la verdad, desde luego. La propaganda política también es la misma cosa.

El Che no creo ningún país ni creo ninguna utopía ni nada nuevo. No cambió nada por sí solo, realmente, pero al convertirlo en mártir canonizaron al Santo de la Rebeldía, y nos hereda la idea que el individuo debe de ser el amo de su propio destino, que debe de pelear para recobrarlo si lo ha perdido, debe de pelear para preservarlo y si deja la vida en la lucha, su propia muerte será su galardón.
San Che Rebelde de Guevara.

¡Héroe, mito y santo…!